¿Festejar el Aniversario de la Constitución?

Estamos a dos años de llegar al primer centenario de nuestra Constitución. Como cada año, seguramente habrá discursos elogiosos sobre el valor de ésta y sobre las causas que impulsa. Sin duda, el debate técnico y jurídico es muy interesante, pero hay que simplificar el nivel y aterrizarlo en nuestras vidas cotidianas, parar que todos los ciudadanos podamos entender cuáles son los problemas, retos y oportunidades que enfrenta nuestro actual sistema constitucional. Estoy convencido que nuestra Carta Magna es ya un modelo agotado y requerimos un nuevo marco de convivencia. De ahí que propongo dos niveles de debate: por un lado, cómo reconfigurar nuestro pacto social que se encuentra sostenido frágilmente por hilos que cada vez resisten menos. Por el otro, y de manera posterior, hacer un trabajo de ingeniería institucional para identificar el mejor diseño constitucional. En el primer caso, la voz correría a cargo de la academia, la sociedad, la empresa, las organizaciones cívicas, pero no de los políticos partidistas, quienes en gran medida son quienes nos han orillado a esta situación de tan profunda desconfianza social. En el segundo caso, en efecto se trata de un debate técnico, en donde podrían participar los más reconocidos expertos.

En este contexto, hoy más que festejar el aniversario de la Constitución, debemos iniciar el profundo debate que nos lleve a fortalecer nuestro Pacto Social y a una revisión integral de la Constitución. En este sentido, les comparto mi artículo que se publica hoy en Animal Político: La decadencia de nuestra Constitución (y de nuestras calles).

¿Quién nos (des) gobierna?

¡Qué gran momento vive el país! De todos los rincones del país y de las principales ciudades en todo el mundo se envían expresiones de fraternidad y solidaridad con los familiares de los desaparecidos en Ayotzinapa. La manifestación histórica del 20 de noviembre conmovió a todo el mundo y demostró que el Mexican Moment está más vivo que nunca, pero los protagonistas somos los ciudadanos. Lo que estamos viviendo es cómo se estrechan lazos entre mexicanos, sin importar partidos, origen socioeconómico ni geográfico, que incluso no se conocen, pero comparten dolor y miedo. Es sin duda una expresión de amor, que es un elemento clave para salir de la peor crisis política y social de nuestra historia contemporánea. En efecto, la manifestación del #20NovMx fue un gran abrazo colectivo.

La valentía de miles de mexicanos ha podido transformar un sentimiento de depresión social, en uno de esperanza y entusiasmo. En saber que las calles son nuestras. Por eso, si ya dimos el paso del amor y solidaridad, ahora démosle a nuestras relaciones interpersonales un contenido de respeto al otro y confianza. En este sentido escribo hoy mi colaboración en Animal Político, sobre cómo generar acciones que cada uno de lo individual puede y debe hacer para generar una mejor convivencia social: ¿Quién nos (des) gobierna?

Posicionamiento sobre tragedias de Tlatlaya y Ayotzinapa.

Si bien en este blog he buscado especializarme en temas de regulación económica, competencia y consumidores, siempre he partido del principio de que ningún avance económico, reforma estructural o innovación económica tienen sentido si un Estado no sólo no puede garantizar el eficaz ejercicio de las libertades y derechos fundamentales de las personas, sino que además los representantes de éste mismo sean los que ejecutan o desaparecen a sus propios ciudadanos. Mi axioma es que la persona -ciudadano o consumidor- son el centro de gravedad de la vida política, económica y social. Por esto, es que las tragedias y barbaries de Tlatlaya y Ayotzinapa no me han pasado desapercibidas e invito respetuosamente a ustedes a asumir su posición y eventuales acciones ante esta grave crisis. Sin lugar a dudas todos tenemos nuestras labores y compromisos, pero ante esta barbarie no hay espacio para el cálculo político y se requiere el más firme compromiso con la vida, dignidad y libertades.

Con estas líneas, les comparto mi sentimiento y pesar, pero también reconozco que si se toman las medidas adecuadas, puede transformarse esta crisis en oportunidad. Les invito a leer mi artículo en Animal Político: «Comunidad de Libertades», el cual se enmarca en una serie de comentarios, bajo el título «Ayotzinapa: de la indignación a la acción cívica«, que aparecerán estos días en dicho medio escritos y redactados por integrantes y amigos de Central Ciudadano y Consumidor, como Gerardo Rodríguez, Carlos Martínez y Gisela Ávila. Cada uno de ellos abordará esta problemática desde una perspectiva y ángulo diferente, y todos buscamos contribuir a construir solidaridad entre los ciudadanos y evitar que la fragmentanción que vivimos se acelere. En mi caso, propongo que fortalezcamos el contenido y sentido de nuestra comunidad a través del ejercicio de libertades y responsabilidades. Ante estos momentos de depresión social, a todos los lectores les envío un abrazo fraterno.